If you notice your dog foaming at the mouth after messing with a toad, immediately rinse it out with water. If the dog eats the toad, you should probably get it to a vet or animal hospital right away. The giant toad can grow up to eight inches long and is very heavy. This toad is greenish-brown and covered with bumps. It has glands that can secrete a very toxic poison. The Giant toad is responsible for the death of many dogs. This toad will come into gardens and eat the dogs’ food. If the dog would grab the toad it would be immediately poisoned.
Pet owners might notice these signs: frothy salivation with vigorous head shaking, pawing at the mouth and continuous efforts to vomit, in coordination and staggering.
If you know of or strongly suspect toad poisoning, immediately rinse out your pet’s mouth with water before going to your veterinarian or an emergency clinic for treatment. Most toad poisonings occur in the evening or the night.
Unfortunately, there are no antidotes for toad venom intoxication, but many of these victims may be saved with symptomatic treatment, which reduces the absorption of toxin and controls the clinical signs of illness. Depending upon circumstances, your veterinarian may use a variety of drugs to control heart abnormalities, breathing problems and excitation of the central nervous system.
The key to survival is rapid recognition of signs and prompt veterinary medical care.
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Si nota que su perro echa espuma por la boca después de meterse con un sapo, enjuáguelo inmediatamente con agua. Si el perro se come el sapo, probablemente debas llevarlo a un veterinario o a un hospital de animales de inmediato. El sapo gigante puede crecer hasta ocho pulgadas de largo y es muy pesado. Este sapo es de color marrón verdoso y está cubierto de bultos. Tiene glándulas que pueden secretar un veneno muy tóxico. El sapo gigante es el responsable de la muerte de muchos perros. Este sapo entrará en los jardines y se comerá la comida de los perros. Si el perro agarrara al sapo, sería inmediatamente envenenado.
Los dueños de mascotas pueden notar estos signos: salivación espumosa con sacudidas vigorosas de la cabeza, patadas en la boca y esfuerzos continuos para vomitar, en coordinación y tambaleándose.
Si sabe o sospecha fuertemente de envenenamiento por sapo, enjuague inmediatamente la boca de su mascota con agua antes de ir a su veterinario o a una clínica de emergencia para recibir tratamiento. La mayoría de los envenenamientos por sapos ocurren en la tarde o la noche.
Desafortunadamente, no existen antídotos para la intoxicación por veneno de sapo, pero muchas de estas víctimas pueden salvarse con un tratamiento sintomático, que reduce la absorción de la toxina y controla los signos clínicos de la enfermedad. Según las circunstancias, su veterinario puede usar una variedad de medicamentos para controlar las anomalías cardíacas, los problemas respiratorios y la excitación del sistema nervioso central.
La clave para la supervivencia es el rápido reconocimiento de los signos y la pronta atención médica veterinaria.
